Los de Míchel, ya eliminados de la máxima competición europea, lucharon hasta el último suspiro para intentar dar un susto al Arsenal.

Foto: Derar Media

La hora cero llegó, y con ello el último partido para el Girona en esta presente Champions League, tras una difícil campaña por Europa, en la cual los resultados y la suerte no estuvieron de su lado, el conjunto catalán con mucho honor se despidió ante su público.

El partido concluyó con un 1-2 en el marcador. Groeneveld anotó para el equipo local, mientras que Jorginho y Nwaneri fueron los encargados de dar la victoria a los de Mikel Arteta. Pau López se convirtió en héroe bajo palos al detener un penalti a Sterling, evitando que la diferencia fuera mayor.

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El encuentro comenzó con una alta puja de poderes, las dos estrategias chocaban en su máximo esplendor, velocidad, dinamismo y concentración eran altamente apreciables. Los ingleses enfatizados en conseguir el control, adelantaron sus bloques y aprovechaban escapadas por sus laterales, mientras que el Girona se cerraba ordenadamente y le daba pausa al juego, apostando por jugar en corto y sorprender con balones a espaldas.

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Rozando la media hora llegaría una perfecta combinación, Juanpe habilita a Danjuma que sin pensarlo rompe la red de un zapatazo, Montilivi explotaría en júbilo inmortal. Pero cuando todo tendría que carburar de la mejor manera, el colegiado sanciona un penal bastante discutido y Jorginho con sutileza coloca el 1-1. El tanto revitalizó la confianza de los Gunners que poco antes del descanso remontarían con una joya de media distancia por parte del juvenil Nwaneri.

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Para la segunda mitad los dirigidos por Mikel Arteta saldrian con una marcha más, toda su ofensiva se instauraba en el área rival, manejando con naturalidad a placer las instancias del juego. Míchel pensativo y con necesidad de revertir la situación agotó prontamente las sustituciones, los cambios en ataque aportarían profundidad, sin embargo la triangulación en el último cuarto no era óptimo.

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Sobre el minuto ochenta, los corazones explotaban, el eterno capitán Cristhian Stuani cazaría un centro al segundo palo y la mandaba a guardar, todos absolutamente todos lo celebrarían, por desgracia el gol sería anulado por una pequeña posición adelantada.

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Así concluye la participación del Girona en la máxima competición continental, tras medirse ante rivales de alto nivel como Liverpool, Milan, Feyenoord y Arsenal. Más allá de los resultados, esta experiencia deja un valioso aprendizaje para jugadores y cuerpo técnico, que les servirá para afrontar los próximos desafíos del club. Un recorrido que, sin duda, llena de orgullo a la afición ‘blanc-i-vermell’.

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