Foto: UESA // CE Europa

No era un día cualquiera en Barcelona. Especialmente, para miles de seguidores de dos de los barrios más ilustres de la capital catalana. ‘El Poble’ contra ‘La Vila’. Sant Andreu del Palomar y Gràcia. O dicho de otra manera, el derbi genuino de la ciudad condal. Dos aficiones de base popular entregadas a su equipo con una pasión incondicional. Un duelo de máxima rivalidad que año a año crece y aglutina más adeptos.

Unió Esportiva Sant Andreu y Club Esportiu Europa se volvían a ver las caras en el Narcís Sala con el liderato en juego y el ascenso en el horizonte. En el Palomar, el partido se empezó a jugar desde el mediodía, con la afición cuatribarrada concentrada en las calles para hacer una cerveza y empezar a dar color a un evento rara avis en nuestra sociedad. Y es que más 6.000 personas iban a presenciar en directo un partido de la cuarta categoría del fútbol español.

Olor a pólvora y calles cortadas en los aledaños del estadio del Sant Andreu. Se acababa de jugar un Barça – Girona en Montjuïc, pero, ¿a quién le importaba? Desde los más pequeños hasta los más viejos del lugar, todos con su zamarra enfundada, luciendo las cuatro barras, las de la bandera de Catalunya. Antes de empezar el choque, sonaba ‘Els Segadors’ (himno nacional) y ambas hinchadas cantaban sin cesar.

El Sant Andreu quiso llevar el control del partido desde el inicio y Torices no tardó en avisar. La reacción visitante llegó a través de Noel, que cerca estuvo de inaugurar el marcador. Los locales tenían el dominio de la pelota y construían con paciencia, mientras que los de Gràcia aprovechaban su velocidad al contragolpe. Antes de alcanzar la media hora de juego, Jordi Cano escarmentó a la defensa andreuencaganándole la espalda y superando a Nil. Se avanzaba el Europa, que llegaba líder al partido y, de esta manera, se distanciaba todavía más de su eterno rival.

Foto: CE Europa

Los escapulados acabaron mejor la primera parte y se fueron al descanso con una merecida renta en el electrónico. Tras la reanudación, el Sant Andreu trató de poner en liza su mejor versión y quiso encerrar al Europa desde un comienzo. Fue capaz de atacar con más fluidez y hacer correr al conjunto dirigido por Aday Benítez, que en alguna transición era capaz de deshacerse del dominio rival y alertar a la portería local.

La insistencia tuvo premio y Marc Jurado empató el derbi aprovechando un buen centro de Lucas Viña desde la izquierda. Se desató la locura en el Narcís Sala que rugía de forma inconmensurable. El Sant Andreu buscó con ahínco el gol de la victoria hasta el punto de cohabitar durante muchos minutos en campo del Europa. La realidad es que ambas escuadras pudieron hacer el segundo, pero el duelo finalizó en empate. Un punto que deja mucho más satisfecho al equipo de la Vila de Gràcia, que sigue liderando el grupo tres de Segunda Federación y depende de sí mismo para lograr el ascenso directo.

Sant Andreu del Palomar vivió una fiesta del fútbol modesto. Una oda al deporte popular, con cientos de aficionados jóvenes apoyando a su equipo. El del barrio. Sant Andreu y Europa continúan batiendo récords y nutriéndose de su rivalidad para seguir creciendo y alimentando un “nuevo” derbi de Barcelona que no tiene límites.

Foto: UESA

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