En una tarde cargada de tensión y esperanza, el RCDE Stadium fue escenario de un duelo crucial entre el Espanyol y la UD Las Palmas. La necesidad de los blanquiazules por sumar y confirmar su permanencia, mientras los canarios por cerrar un temporada para el olvido con una alegría para su afición en forma de victoria.

Foto: RCD Espanyol // Carlos Mira

El balón comenzó a rodar con la intensidad que solo los partidos decisivos saben generar. La afición local se viste de gala preparando un tifo espectacular, a la altura de la importancia de este decisivo encuentro. Desde mucho antes del pitido inicial, el estadio se convirtió en una caldera, con los seguidores pericos alentando sin parar a su equipo, conscientes de lo que estaba en juego: LA PERMANENCIA.

El partido arrancó con nervios y tensión en el ambiente. Ambos conjuntos apostaron por un juego cerrado, con líneas muy compactas en el medio campo, sin conceder espacios y con pocas ocasiones claras de gol. Por momentos, el partido se abría ligeramente, dejando entrever la posibilidad de que algo grande ocurriera, pero ninguna de las llegadas lograba romper la igualdad. La ocasión más clara llegó a falta de 10 minutos para el descanso, cuando Roberto, solo ante la portería tras un centro calculó mal y no llegó a empujar el balón al fondo de la red. El murmullo en las gradas era una mezcla de incredulidad y aliento, conscientes de que aún quedaba mucho por jugar.

En la segunda mitad, el Espanyol salió con otra cara. Más enchufado, más intenso, sabiendo que el empate no bastaba. Las noticias que llegaban desde otros campos no eran favorables: el Leganés, su rival directo en la lucha por la salvación, estaba ganando su encuentro. Con ambos equipos igualados en puntos en la clasificación, el desempate se definiría por los duelos directos, donde el conjunto madrileño tenía la ventaja. Era ahora o nunca. A pesar de no encontrar su mejor nivel futbolístico, Espanyol mostró garra con la que empujaba para adelantarse en el partido. El esfuerzo tuvo su recompensa un error defensivo de Essungo llego y Javi Puado desde los once metros no perdono adelantando a su equipoen el marcador.

Foto: RCD Espanyol // Carlos Mira

El gol le dio alas al equipo, que siguió empujando con el respaldo incondicional de su afición. Y fue entonces, cuando faltaban 10 minutos para el final, que Pere Milla cazó un balón  en el área y firmó el 2-0 definitivo. El gol transformó el partido a una fiesta para el Espanyolismo.

Se confirmaría la anhelada permanencia, sellando una noche que quedará en la memoria de los aficionados. Una vez más, el feudo Blanquiazul fue testigo de una victoria sufrida y luchada.

Ficha técnica:

RCD Espanyol: Joan García, El Hilali, Calero, Cabrera, Carlos Romero, Pol Lozano (Pere Milla, 46′), Urko (Aguado, 79′), Edu Expósito (Král, 60′), Jofre (Véliz, 53′), Puado, Roberto (Aguado, 79′).

UD Las Palmas: Horkas, Marvin, Herzog (Josito, 81′), McKenna, Mika Mármol, Loiodice, Essugo (Arturo, 70′), Viera (Diego Martín, 60′), Benito (Januzaj, 46′), Fuster y Mata (Mc

Goles:1-0, Javi Puado (p) (65′) y 2-0, Pere Milla (83′)

Árbitro: Muñiz Ruiz (Comité Gallego). TA: Expósito (16), Marvin (26’), Calero (42’)

Incidencias: RCDE Stadium (32.511 espectadores)

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