La Roja se adelantaba siempre en el marcador pero Portugal siempre respondió (2-2). Los de Luis de la Fuente pelearon hasta el final pero el destino sonrió a los lusos desde los 11 metros
En el fútbol no hay súper tie-break, pero cuando una final se decide en los penaltis, se le parece bastante.
En el Allianz Arena de Múnich, q pocas horas escenario donde Carlos Alcaraz había conquistado Roland Garros apenas unas horas antes, España y Portugal ofrecieron otro espectáculo de alto voltaje. Una batalla que se resolvió al filo de la moneda: salió cruz para la Roja.
Diogo Costa detuvo el penalti definitivo de Álvaro Morata y Portugal levantó su segunda Liga de Naciones, única selección que lo ha logrado. Un duelo de vértigo, decidido por detalles, sostenido por leyendas del pasado y joyas del presente.
Un tira y afloja desde el incio
España salió con el plan en la cabeza y el balón en los pies. La sociedad entre Zubimendi, Fabián y Pedri marcaba el ritmo desde el arranque, mientras Lamine Yamal y Nico Williams agitaban los costados. Fue precisamente por la izquierda, con un Joao Neves perdido, por donde Nico entró como un cuchillo caliente en mantequilla. El primer tanto llegó tras varios rebotes, en una jugada sucia pero eficaz que culminó Zubimendi con la naturalidad de quien juega con luz larga. Minuto 21. Gol español.

Pero la respuesta portuguesa fue inmediata. Apenas cinco minutos después, Nuno Mendes, el cohete del PSG, recogió un balón suelto y lo mandó a la red con un zurdazo seco que congeló a Unai Simón. El lateral fue un tormento durante todo el partido, demostrando por qué está entre los mejores del mundo en su puesto.
España no bajó los brazos. Y justo antes del descanso, una genialidad de Pedri desató el caos: pase filtrado que rompió líneas y dejó a Oyarzabal solo ante Diogo Costa. El vasco, siempre fiable, definió con temple para el 1-2. España volvía a mandar en el partido.
Cristiano, eterno líder y comandante luso
Portugal no se rinde. Con Roberto Martínez en el banquillo y un Cristiano Ronaldo eterno como tótem emocional, el equipo luso aguardó su momento. A sus 40 años, con menos gasolina pero el mismo colmillo, Cristiano apareció cuando nadie lo esperaba. En el minuto 60, tras un error defensivo de Cucurella y Haujsen, cazó el empate con la sangre fría de los inmortales. Nueve goles en ocho partidos de Nations League. El depredador sigue hambriento.

Con el empate, España perdió chispa. Yamal y Nico se fueron diluyendo, y De la Fuente agitó el banquillo: entraron Isco y Mikel Merino en busca de control. Isco, como si nunca se hubiera ido, firmó una aparición de autor: derechazo a la escuadra y respuesta felina de Diogo Costa.
Prórroga con mucho respeto
Ya sin Cristiano, lesionado tras su segundo tanto, Portugal se encomendó al músculo de Nuno Mendes y a las arrancadas eléctricas de Rafael Leao. El partido se volvió tenso, embarrado, con más miedo que ideas. Zubimendi seguía repartiendo como un metrónomo, pero la creatividad española ya no carburaba. Baena, Yeremy Pino y Pedro Porro refrescaron el equipo, pero la amenaza lusa no desapareció. Una internada de Mendes casi termina en penalti tras un piscinazo, y Leao obligó a Le Normand a cortar una contra peligrosa al límite del reglamento.
En el segundo tiempo extra, Morata entró por Oyarzabal. Todo se encaminaba a los penaltis. Y allí, la historia eligió otra bandera.
Los penaltis decisivos
Desde los once metros, los lusos fueron hielo. España con el corazón en la boca. Morata asumió el quinto lanzamiento con el peso del país, pero su disparo fue tímido y previsible. Diogo Costa, héroe silencioso del Porto, lo atrapó sin titubeos. Después, Rúben Neves cerró la serie con mano de cirujano. Y el grito fue portugués. De rabia, de gloria.

La Roja se quedó a las puertas del triplete tras su Eurocopa y la anterior Nations League. El equipo tiene calidad, proyección, hambre. Pero esta vez no alcanzó. Ni Pedri, ni Lamine, ni Nico pudieron cambiar el guion. Esta vez, el fútbol se rindió a la experiencia de Cristiano, al físico de Mendes y al temple helado de Diogo Costa.






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