En un día festivo marcado por la rivalidad y la nostalgia, el Estadio do Dragão acogió el primer clásico de la temporada y el reencuentro de José Mourinho con la casa donde se consagró hace 21 años. Ahora al mando del Benfica, el técnico portugués fue recibido en un ambiente electrizante, para un duelo que terminó sin goles pero con intensidad de sobra.

El FC Porto, dirigido por el italiano Francesco Farioli, salió al campo con hambre de victoria y sed de redención. Después de perder los dos clásicos de la temporada pasada por 4-1 y sumar solo un triunfo en los últimos cinco enfrentamientos frente al eterno rival, los dragones querían devolver el orgullo a sus aficionados. Y lo demostraron desde temprano: presión alta, líneas adelantadas y dominio territorial, mientras el Benfica buscaba mantener la serenidad y cerrar espacios.
El partido comenzó con el Porto tomando las riendas, llevando peligro sobre todo por las bandas, con Pepê y Samu destacados. Por el otro lado, las águilas tardaron en soltarse y rara vez superaron la línea media en la primera parte, donde Trubin brilló al detener remates certeros de Gabri Veiga y Pepê.
El Benfica, que llegaba de una amarga derrota frente al Chelsea, tardó en encontrar el ritmo, pero cuando Sudakov y Richard Rios comenzaron a distribuir el juego entre líneas, las águilas crecieron. La respuesta del equipo encarnado llegó a mitad de la segunda parte: a los 63 minutos, un tiro libre ejecutado por Sudakov golpeó el poste de la portería de Diogo Costa, helando momentáneamente a los aficionados portistas.
En los minutos finales, el Porto volvió a presionar con todo y casi consiguió el gol de la victoria ya en el tiempo de descuento. Rodrigo Mora, recién ingresado, remató con fuerza, pero el balón besó el poste, tal como había sucedido frente al Estrella Roja en la Liga Europa. La emoción quedó en el aire, pero el gol se negó a aparecer.

Ya cerca del pitazo final, la frustración se apoderó del ambiente y la chispa se encendió: discusiones entre jugadores, objetos lanzados desde las gradas y un Dragão dividido entre orgullo e impaciencia. Mourinho se marchó con un punto en su regreso al estadio donde hizo historia; Farioli, con la sensación de haber estado superior sin poder concretar, pero con la continuidad de la invencibilidad y el liderazgo en el campeonato.
Al final, quedó la certeza de que este clásico, a pesar del 0-0, tuvo todo lo que se espera de un duelo entre gigantes: intensidad, rivalidad y emoción hasta el último segundo.
Declaraciones de José Mourinho tras el partido:
«Buen partido de fútbol, sin el perfume del gol, creo que no hubo culpables.»
«En 4 días jugar Chelsea y Porto fuera. Uno es campeón del mundo, otro es líder. Muchos jugadores con motor, gente fuerte e intensa. Somos un perfil diferente. A mí me dio placer analizar al Porto como adversario. Un equipo con buena organización y buen entrenador. Es un buen equipo y creo que está en la cima de su potencial. Nosotros no, tenemos mucho que mejorar…»
«Aquí no celebramos empates. Solo en competiciones europeas, si nos da algún pase.»
Ficha Técnica:
FC Porto: D.Costa; F.Moura; Kiwior; Bednarek; A.Costa; Froholdt; A.Varela (89’ R.Mora); G.Veiga (63’ P.rosario) ; Pepê (63’ W.Gomes); Samu (75 ‘D.Gul); Sainz
SL Benfica: Trubin; Dahl; A.Silva; Otamendi; Dedic; R.Rios; Barrenechea; Aursnes; Sudakov (89’ T.Araujo); Lukbakio (79’Leandro Barreiro); Pavlidis
Tarjetas Amarillas: 45’ Richard Ríos; 62’ Pepê; 76’ A.Varela; 79’ P.Rosario; 90+5’ F.Moura; 90+6’ B.Sainz ; 90+6’ Dedic






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