MONTJUÏC (Barcelona) – El Clásico femenino vuelve a hablar catalán. Ante 36.276 espectadores, el Barcelona borra los fantasmas de la pasada primavera y recupera el control con un contundente 4-0 sobre el Real Madrid. Una demostración de fuerza que devuelve a las azulgranas a lo más alto en números, intensidad y calidad, recuperando para Montjuïc una superioridad que solo la derrota del último enfrentamiento había puesto en duda.
Protagonista absoluta Ewa Pajor, autora de un doblete en la primera media hora; en la segunda parte, el Barça cerró la goleada con los tantos de Sydney Schertenleib y Aitana Bonmatí, mientras que el Real vio cómo el VAR y una inmensa Cata Coll frustraban cualquier intento de volver al partido.

Inicio loco: palos, goles anulados y un ritmo frenético
La tensión se nota desde el primer segundo: apenas pasan 30 segundos cuando Alexia Putellas estrelló un cabezazo en el palo. Solo era el aperitivo de un arranque descontrolado y espectacular.
En el 2’, el Madrid cree adelantarse con Weir, pero el gol se anula por fuera de juego. Un minuto después, Pajor roza el 1-0 tras otra gran acción de Pina. Al 5’, Linda Caicedo golpea el palo y el balón se pasea sobre la línea hasta que Cata Coll lo atrapa.
El ritmo es de NBA: dos goles anulados, dos maderas, espacios enormes, un aluvión de ocasiones y Montjuïc convertido en un volcán. El Barça, sin embargo, empieza a dominar, aprovechando la velocidad de sus bandas y una presión tras pérdida asfixiante.

Pajor castiga: doblete y un Madrid contra las cuerdas
El 1-0 llega en el 14’: Claudia Pina rompe por la izquierda, centra tenso al primer palo y Ewa Pajor aparece como una nueve de manual para empujar a la red. El estadio explota.
La polaca repite en el 30’ tras una acción de Graham Hansen por la derecha: Misa rechaza mal y Pajor, más rápida que todas, firma el 2-0.
Entre medias, otro gol anulado por mano (19’) y varias ocasiones claras del Madrid: Caicedo se topa con una salida milagrosa de Cata Coll y Weir ve cómo Irene Paredes salva su tiro sobre la línea en una acción defensiva majestuosa.
Segunda parte: control azulgrana y orgullo blanco, pero Cata cierra el cerrojo
La segunda mitad mantiene el mismo guion: Barça mandando, Madrid buscando romper líneas. Caicedo sigue siendo el mayor peligro blanco, aunque siempre aparece el muro Paredes.
El Real cambia piezas, gana metros y en el 76’ fuerza un penalti que podría reabrir el Clásico. Weir toma el balón, pero Cata Coll adivina el lanzamiento y detiene el tiro, confirmando una actuación soberbia. Es la sentencia definitiva: el Madrid no logrará perforar la portería.

Final en crescendo: Schertenleib y Aitana completan la goleada
Los once minutos de añadido se convierten en una exhibición blaugrana. Schertenleib, asistida por Kika, firma el 3-0 con gran serenidad. Más tarde, Aitana Bonmatí culmina la acción colectiva que cierra la noche con el 4-0.
El Real Madrid, valiente pero impreciso, pagó la diferencia en ambas áreas: Pajor decidió el partido, Cata Coll lo blindó y el Barça hizo el resto con su contundencia habitual en los metros finales.
El veredicto
El 4-0 final solo cuenta una parte de lo sucedido. El Real Madrid tuvo el mérito —y el valor— de enfrentarse al Barça sin miedo, con una defensa adelantada y un plan ambicioso que puso en aprietos a las azulgranas como pocas veces ocurre. Las blancas generaron ocasiones reales, estrellaron un balón en el palo, sufrieron goles anulados por centímetros y se toparon con una Cata Coll descomunal, decisiva en al menos tres acciones, incluido un penalti.
Y cuando la portera no bastó, apareció Irene Paredes con un despeje sobre la línea que evitó un gol cantado.
La actuación del Madrid merece ser analizada más allá del marcador: Pau Quesada demostró que al Barcelona se le puede atacar, que se le puede presionar arriba y que no es obligatorio encerrarse como hacen la mayoría de rivales en Liga y Champions. Para las merengues es una derrota dura, sí, pero también un punto de partida y un posible ejemplo para muchos equipos.
El Barça, por su parte, supo sufrir, golpear en los momentos clave y aprovechar cada espacio con una eficacia que distingue a las campeonas. Cuando acelera, el equipo de Pere Romeu sigue siendo prácticamente imparable.
Montjuïc vuelve a cantar: el Clásico es otra vez blaugrana y el Barça se afianza en el liderato, ampliando a +7 su ventaja sobre el Real Madrid.






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