Los de Manolo González, gracias a un cabezazo de Cabrera en el 53′, logra su novena victoria en liga y se posiciona quinto en la clasificación con vista cercana a puestos Champions
El RCD Espanyol ha vuelto a confirmar su posición en el grupo de cabeza de LaLiga, demostrando que su fuerza aérea y su filosofía de juego sin complejos son armas letales. En un encuentro marcado por la táctica y la espera, justo fue un ex-azulón, el central Leandro Cabrera, quien ajustició al Getafe con un potente testarazo, sentenciando un partido en el que el equipo local nunca supo cómo encontrarle la vuelta al planteamiento de Manolo González.
El gol de la victoria llegó en el minuto 58‘, y como es costumbre esta temporada, el Espanyol encontró el fruto en una acción a balón parado. Un saque de esquina magistralmente ejecutado encontró la cabeza del capitán, cuyo remate inapelable batió a Soria poniéndo el balón al palo largo. Esta jugada no es casualidad.
El Espanyol se ha consolidado como el equipo más efectivo de LaLiga en el juego aéreo, registrando ya ocho goles de remate de cabeza en lo que va de campaña. Esta es una estadística que muestra la importancia de la estrategia y la especialización en las jugadas de estrategia en el éxito del equipo catalán.

Cada maestro con su librillo
El partido fue una gran ejemplo de lo que significa un choque de pizarras, en la que se enfrentaron dos planes muy distintos: el Getafe de Bordalás sorprendió al salir sin un ‘9’ de referencia y reubicando al central Djené como mediocentro. La decisión de dejar a Mayoral en el banquillo indicaba una intención de anular el juego rival, pero resultó en un equipo indolente en ataque.
Por su parte, el Espanyol matuvo su estilo ofensivo y sin perdones. Ante la ausencia de su atacante titular, Dolan, González optó por una doble punta con Roberto y Kike García, un movimiento que priorizó la presión y la presencia en el área.
Una primera mitad muy trabada
El encuentro careció de ritmo y claridad en el centro del campo. A los puntos, sin embargo, el Espanyol fue indiscutiblemente superior. La jugada más clara del primer tiempo fue para ellos en el minuto 16, cuando Kike García falló un remate a puerta vacía, estrellando el balón contra el poste a solo un metro de la línea de gol.
Aunque el fallo fue «grosero,» para tranquilidad de su conciencia, la jugada fue posteriormente anulada por fuera de juego, lo que evitó que el delantero cargara con el peso de haber fallado semejante oportunidad. «Menos mal» habrá pensado el bueno de Kike.

La estadística que mejor resumió el dominio perico en los primeros 45 minutos fue la falta de respuesta del Getafe: el conjunto de Bordalás no realizó ni un solo remate entre los tres palos en toda la primera mitad, confirmando la sensación de un equipo al que le sobró espesura y le faltó ambición ofensiva.
El Espanyol jugó con mucha cabeza
El Espanyol también comenzó con mucha garra la segunda mitad, dónde Edu Expósito tuvo una grandísima ocasión en el 47′ que Soria detuvo en dos tiempos. Cabrera avisó de lo que estaba por venir con un remate de cabeza poxo después que Soria mandó a córner. Sería en el lanzamiento de este saque de esquina cuándo Cabrera encontraría redención mandando el balón al palo largo con un potente cabezazo, esta vez inapelable.
Tuvo más ocasiones el Espanyol, como el gol marcado por Pere Milla en el 57′ anulado por fuera de juego. El Getafe tuvo una actitud propia de conjunto local, con ansia y predisposición para buscar el gol, pero sin una sola ocasión clara para poder lograr el empate.

El cabezazo de Cabrera en la segunda parte fue, por tanto, la justa recompensa a un Espanyol que supo explotar sus fortalezas y aprovechar la indolencia de un Getafe que planteó un partido excesivamente defensivo. Los tres puntos mantienen a los de Manolo González con la moral alta y el rumbo fijo en la zona noble de la clasificación.






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