El Espanyol afronta el tramo final del año con ilusión, confianza y una premisa clara: no conformarse. Así lo dejó claro Kike García, uno de los referentes del vestuario perico, en la previa del compromiso ante el Athletic Club, este lunes 22 de diciembre, en un escenario tan exigente como San Mamés.

Tenemos que hacer una buena semana, unos buenos días de trabajo, porque el lunes tenemos otra oportunidad en un campo difícil, un campo donde están jugando la Champions”, afirmó el delantero, consciente de la dificultad del reto, pero también del momento que atraviesa el equipo. “Queremos más a lo largo del año”, añadió, dejando claro que el Espanyol no piensa bajar el ritmo.

El ‘obrero’ del gol

Kike García se ha ganado el respeto y el cariño de la afición a base de esfuerzo, sacrificio y goles. El exdelantero del Alavés suma ya cinco dianas desde su llegada al Espanyol, tres de ellas en Liga, y con un dato que explica su impacto: todos sus goles han servido para sumar de a tres puntos.

Con el equipo instalado en la quinta posición y con 30 puntos en el bolsillo, el atacante insiste en no caer en la autocomplacencia. “Se está viendo un Espanyol que desde la pretemporada va por buen camino. En Primera División es muy difícil ganar siempre; hay rachas de tres o cuatro partidos donde no sumas, pero lo importante es cortarlas”, explicó.

Un equipo competitivo y con identidad

Para Kike, una de las claves del buen momento blanquiazul está en la mentalidad colectiva. “Lo más difícil es encadenar rachas de victorias y debemos aprovechar este buen momento”, señaló. En ese sentido, destacó la identidad del equipo: “Tenemos un equipo duro, difícil, que sabe competir en cada momento. El rival que nos gana tiene que sudar sangre”.

Esa solidez, sumada a la confianza del grupo, ha permitido que los detalles empiecen a caer del lado perico. “Los detalles nos están favoreciendo, y eso también viene de la confianza que tenemos como grupo”, remarcó.

Nunca rendirse

Otro de los aspectos que el delantero quiso subrayar fue la capacidad del equipo para no bajar los brazos. “Los partidos que vamos perdiendo los luchamos hasta el final. Acabamos jugando en campo rival, como pasó ante el Betis, donde nos dejamos la vida para empatar”, recordó.

Para Kike García, el fútbol empieza a devolverle al Espanyol todo el trabajo acumulado. “Esto es fútbol, y nos está recompensando el esfuerzo que hemos hecho”, afirmó, sin perder de vista el objetivo principal.

Mirada al futuro

Pese al buen presente, el delantero sabe que lo más complicado está por venir. “La segunda vuelta va a ser difícil. Muchos equipos van a querer sumar y hacer números para mantenerse”, advirtió. Por eso, insiste en que lo verdaderamente importante es seguir sumando puntos y alejarse de la zona baja.

Con hambre en el vestuario y el respaldo constante de la afición, el mensaje es claro: “Tenemos un grupo con mucha ambición y una hinchada que siempre ha estado con nosotros”.

San Mamés será la próxima prueba. Y el Espanyol, liderado por voces como la de Kike García, quiere demostrar que este momento no es casualidad, sino el resultado de trabajo, convicción y una identidad bien definida.

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